Radiactividad
La radiactividad es la desintegración espontánea de los átomos que componen un elemento químico. La radiactividad puede ser natural o artificial. La radiactividad artificial es producida por el hombre, mientras que la radiactividad natural es producida por la naturaleza.
En otras palabras, la radiactividad es la emisión de energía en forma de ondas o partículas por un cuerpo que se encuentra en estado radioactivo. Un ejemplo de radiactividad es el radio, que emiten ondas de radio; o el uranio, que emiten partículas alfa.
Tipos de radiactividad
Como vimos en la definición del concepto, existen dos tipos de radiactividad: la artificial y la natural. Vamos a ver qué son cada una de ellas.
Radiactividad natural se refiere a la radioactividad emitida por determinados elementos naturales, como el uranio y el torio. La mayoría de los elementos presentes en la naturaleza no son radiactivos.
La radiactividad natural es una de las formas en que la energía se libera en el universo. La mayoría de la energía que existe en el universo proviene del Big Bang, y esta energía se ha estado disipando desde entonces a través de la radiación. La radiactividad natural es la radiación que proviene de fuentes distintas al Big Bang, como los rayos cósmicos y las reacciones nucleares en el núcleo de las estrellas. La Tierra está expuesta a este tipo de radiación, pero la atmósfera y el magnetismo terrestre protegen a los seres humanos de la mayoría de ella. Sin embargo, algunos isotopos radioactivos, como el uranio y el plutonio, han sido incorporados a la corteza terrestre y pueden ser liberados al medioambiente. Estos isotopos pueden contaminar el agua, el aire y el suelo, y si se inhalan o ingieren, pueden causar cáncer.
Por el contrario, la radiactividad artificial es aquella que se produce como resultado de una intervención humana, como la fisión nuclear o la fusión nuclear. Es decir, que esta última se produce como consecuencia de la energía nuclear.
Origen de la radiactividad
Aunque el origen de la radiactividad proviene del origen del universo, hacemos referencia al origen cuando hablamos de cuándo y quién descubrió la radiactividad.
El descubrimiento de la radiación fue un proceso en el que trabajaron, entre otros científicos, Henri Becquerel (1852-1908) y Marie Curie (1867-1934).
Henri Becquerel es considerado el pionero del estudio de la radiactividad. El español Ramón y Cajal dijo: «La invención de la cinematografía se le debe al genio de Edison; la radioactividad es una invención de Becquerel». En 1896, mientras investigaba por qué las sales cristalinas fluorescían si eran iluminadas con luz ultravioleta, Henri Becquerel colocó en un armario una placa fotográfica protegida con papel negro. Después puso encima otras sales cristalinas y cerró el armario. Al abrirlo al día siguiente descubrió que la placa había sido expuesta a la luz. Como no había ninguna fuente de luz en el armario, Becquerel supuso que las sales cristalinas esparcidas sobre la placa debían emitir algún tipo de radiación invisible.
Poco después, Marie Curie (que formaba parte del equipo de investigación) y su esposo Pierre utilizaron la misma técnica para estudiar el mineral pitchblende. Descubrieron que el pitchblende emitía radiaciones mucho más intensas que las sales cristalinas. Esta clase de radiación se conoce como radioactividad natural.
En 1898, Marie Curie extrajo uranio y torio del pitchblende, y descubrió dos nuevos elementos: el polonio y el radio.
¿Cuáles son los riesgos de la radiactividad?
Popularmente, bien por lo que hemos escuchado en las noticias o por lo que aprendimos en la escuela, sabemos que la radiactividad es peligrosa. Pero, ¿hasta qué punto es peligrosa? ¿cuáles son sus principales riesgos para la salud y el medioambiente?
A continuación te detallamos, cuáles son los principales riesgos de la radiactividad:
- Efectos biológicos de la radiación ionizante.
La principal consecuencia de la radiactividad sobre los seres vivos son los efectos biológicos. La radiación ionizante es aquella que es capaz de producir iones en una materia, al romper los átomos o moléculas que la componen. Cuando esto sucede en el organismo vivo, estas partículas cargadas pueden producir alteraciones en las células y tisulares, lo que puede derivar en un daño a la salud.
- Riesgo para el medioambiente.
Como ya hemos comentado anteriormente, la radiactividad no solo es nociva para la salud humana y animal, sino que también puede serlo para el medio ambiente. En concreto, los residuos radioactivos son altamente peligrosos para el medio ambiente y requieren una gestión específica y cuidada.
- Riesgo para la economía.
La radiactividad puede afectar también, en menor medida, a la economía de un país o región, siendo especialmente relevante cuando se produce en zonas industriales. En concreto, un accidente nuclear puede provocar grandes daños materiales y económicos.
- Riesgo para la seguridad.
La radiactividad puede ser muy peligrosa en términos de seguridad, sobre todo si está involucrada la industria nuclear. En concreto, el mal uso de esta energía puede derivar en grandes accidentes nucleares, como sucedió en Chernobyl o en Fukushima.
- Riesgo psicológico.
La radiactividad también puede derivar en problemas psicológicos, como el estrés postraumático. Esto sucede especialmente en aquellos lugares donde se ha producido un accidente nuclear, ya que los habitantes de la zona pueden vivir con miedo y ansiedad.
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